Autor: Sergi Peragón |
Junto con el libro y los posts publicados en este blog, ya tenemos muchísimas respuestas a la pregunta: ¿Qué hacemos ahora? Me gustaría recordar algunas de ellas.
1. Continuar con la RE-EVOLUCIÓN PACÍFICA empezada el 15M. Practicar la no-violencia sin excepción y repudiar todo acto violento, pues la violencia no encaja con nuestras ideas absolutamente pacifistas. Desobediencia civil sí, violencia no.
2. Paralelamente crear un partido internacional (DDI; Dignidad Democrática Internacional) de duración limitada para cambiar el sistema, no reformarlo, y donde sus miembros cumplen ciertos requisitos para no convertirse en politicastros, como muchos de nuestros políticos mundiales de nuestros días.
3. Concienciar a nuestro entorno más cercano de que un nuevo mundo mejor es posible, no es una utopía. Como todo cambio en la vida, conseguir algo cuesta mucho, muchísimo esfuerzo, pero eso no significa que sea inalcanzable o irrealizable. El actual sistema, y lo he dicho muchísimas veces, pretende hacernos creer que un sistema diferente al capitalismo no es posible. Por supuesto se trata de una perversa falacia.
4. Crear cooperativas de agricultura vertical, cooperativas para crear acueductos inversos, cooperativas para crear productos sin obsolescencia programada, cooperativas para crear electricidad exclusivamente procedente de energías renovables, etc.
5. Concienciar a nuestro entorno sobre en qué consiste la eco-economía, bioeconomía o economía basada en la sostenibilidad de los recursos naturales del planeta.
6. Crear escuelas de consciencia crítica donde se explique a las personas “no conscientes” cómo funciona en realidad el mundo, porqué debemos preservar el medio ambiente y su biodiversidad, qué es una bioeconomía, que es la agricultura ecológica, la agricultura vertical, la democracia directa, porqué debemos utilizar energías renovables, porqué no es bioético no controlar la superpoblación humana del planeta y los métodos educativos, de concienciación y de planificación familiar para controlar la demografía mundial de manera, clara, racional, absolutamente pacífica y no traumática para ningún ser humano (¡por supuesto!, hablamos de “humanizar al hombre”, no de continuar siendo unos salvajes homínidos imponiendo el número de descendientes u otras barbaridades mucho perores).
7. Utilizar la tecnología para mejorar la vida en el planeta no para mejorar las cuentas bancarias de los dueños del planeta.
8. Etc., etc., etc.,…
Todas las anteriores propuestas y muchísimas más, todas abiertas a debate, las puedes encontrar en el MANUAL y en este blog. He creído necesario volverlo a recordar dados los conatos de desesperanza que observo últimamente por todas partes. ¡Un abrazo!